Viéndose acorralado, Rajoy pidió el rescate a sus compañeros de partida. El ministro del interior, que llevaba al policía, no acudió, porque estaba zurrando a un grupo de caminantes al grito de "malditos manifestantes". Gallardón mientras tanto se las veía con un gordo y sus dos caminantes acompañantes, insistiendo en que si pensaban casarse no se lo iba a permitir, porque no acepta el matrimonio entre zombis del mismo sexo, "¡y un trío ya ni te digo!, decía muy enfadado.
Finalmente fue Ángela Merkel, que se empeñó en llevar a la patinadora, la que acudió al rescate de Rajoy, no sin antes pedirle a cambio su escopeta; ¡esa, esa, la recortada! decía sin parar. ¡Pero que obsesión tiene esta mujer! fueron las últimas palabras de Rajoy en la partida.
Rajoy acojonado ante un grupo de votantes... digo, caminantes |